
La práctica del yoga es una actividad que cada día tiene más seguidores. Por eso, cada vez hay más centros que ofrecen clases de yoga y las clases están cada vez más llenas. Esto es una buena noticia para los profesores de yoga, pero no para los practicantes.
Estas clases de yoga donde se amontonan los alumnos quizás son buenas para aprender lo básico, pero no permiten profundizan en las enseñanzas de una práctica tan sofisticada como el yoga. Si no te gustan las clases con mucha gente, es el momento de considerar alternativas, por ejemplo, clases particulares de yoga.
Las clases particulares te permiten aprender las distintas posturas de yoga o asanas a tu propio ritmo y siguiendo una progresión personalizada adecuada a tu nivel y a tus condiciones físicas. Además, las clases particulares de yoga hacen que la práctica sea más segura, con técnicas de alineamiento del cuerpo diseñadas expresamente para tus necesidades.
Las ventajas de las clases particulares de yoga
Aquí tienes algunas de las ventajas de las clases particulares de yoga, en relación con las clases de grupo.
Un entorno más seguro
Si estás comenzando a practicar yoga, puede que una clase en grupo resulte difícil de seguir, especialmente si el resto de la clase ya sabe lo que hay que hacer, pero en una clase con un profesor sólo para ti nunca te vas a quedar atrás, ya que el objeto de la clases eres tú.
En la práctica del yoga, es esencial aprender correctamente lo más básico y asegurarse de que la alineación de las posturas es correcta. Si no dominas lo más básico, hay un riesgo real de tener una lesión con el tiempo, algo que seguro que quieres evitar.
Un profesor particular te va a guiar en todo momento, asegurándose de que el ritmo de la clase es el idóneo para tu nivel y tu capacidad de aprendizaje
Nunca vas a sentir vergüenza
No sólo los principiantes se sienten intimidades en las clases grupales de yoga, también los practicantes experimentados pueden sentir la presión del grupo. Hay quien se encuentra mucho más a gusto practicando yoga en la tranquilidad de una clase particular, sin nadie que les mire o les juzgue. Si estás sólo en clase con el profesor, no tendrás ninguna vergüenza por no poder seguir el ritmo del resto del grupo.
En una clase particular, la práctica del yoga se convierte en una experiencia relajante, que te lleva hacia la calma y la relajación, justo aquello que se pretende haciendo yoga.
Una clase orientada a tus objetivos y metas personales
La gente practica yoga por muy diversos motivos, en general, buscando los beneficios para la mente y el cuerpo que ofrece la práctica habitual del yoga, pero también por razones personales, quizás estás pasando un mal momento o te sientes estresado, o simplemente porque te duele la espalda y el médico te ha dicho que el yoga puede ser una buena terapia para ti.
Quizás has probado ya a practicar yoga en varios centros, pero te cuesta encontrar uno que se adapte a tus necesidades o que cumpla con tus exigencias personales. Encontrar el tipo de yoga que mejor se adapta a tu caso o el profesor con el que sientes que hay sintonía es un proceso a veces agotador que requiere tiempo y probar en varios sitios.
Pero cuando te decides por las clases particulares de yoga, el proceso se simplifica mucho, ya que puedes decirle al profesor qué es exactamente los que esperas de la clase. Si le explicas a tu profesor de yoga cuáles son tus expectativas a la hora de practicar yoga, él o ella puede diseñar una clase específicamente para ti. Si la clase no resulta exactamente lo que esperabas, el profesor siempre la puede modificar sobre la marcha, teniendo en cuenta tus limitaciones.
Una clase mucho más relajante
Mucha gente practica yoga como terapia contra la ansiedad o el estrés. Pero una clase en grupo puede tener el efecto contrario, porque aunque librarse del ego debería ser una de los objetivos a conseguir con el yoga, hay gente que no puede evitar compararse continuamente con el resto de la clase. Incluso el hecho de tener que desplazarte al centro y buscar un sitio dónde aparcar puede ser algo estresante en sí mismo.
Por eso, mucha gente que quiere practicar yoga para relajarse evita hacerlo en grupo, ya que el ritmo de una clase de yoga para un grupo de exigentes practicantes puede ser en sí mismo estresante. Por el contrario, una clase particular resulta mucho más relajante, ya que no tienes que preocuparte de lo que digan los demás o de la presión sobre el profesor para avanzar más rápido.
Puedes practicar yoga en cualquier sitio
Una clase particular de yoga se puede desarrollar en cualquier sitio, no es necesario desplazarse hasta el centro de yoga. Puedes pedir al profesor que venga a tu casa, o incluso que venga a tu centro de trabajo para aprovechar así la hora de la comida practicando tu actividad favorita.
Se ha comprobado que la gente trabaja mejor después de una sesión de yoga. Una sesión de yoga en mitad de una jornada de trabajo hace que mejore la productividad general de los empleados el resto del día. Pero los beneficios de una sesión de yoga durante el trabajo no sólo aumentan la productividad de los empleados, también hace que mejore la cooperación entre los miembros del equipo, ya que, en general, después de practicar yoga, se sienten mejor y más relajados. Si la gente se siente tensa en tu empresa por culpa del trabajo, una sesión de yoga puede ser la solución a tus problemas.
Personaliza el horario de clases
Hay gente que está muy ocupada y no encuentra tiempo para ir a clase de yoga, o no encuentra un centro que tenga un horario que se adapte a sus necesidades. Pero estar muy ocupado no debería ser un impedimento para practicar tu actividad favorita, el yoga, y aprovechar sus increíbles beneficios para la salud del cuerpo y la mente.
No dejes que la ocupaciones del día a día, ya sean llevar a los niños al colegio, una reunión de trabajo o un proyecto que vence mañana, se interpongan en tu camino y te impidan llevar a cabo tu deseo de practicar yoga.
La mayoría de las clases de yoga tienen lugar a media mañana (para las amas de casa) o por la noche para la gente que trabaja, aunque hay algunos centros que ofrecen clases muy temprano para intentar acomodar a aquellos que prefieren practicar yoga antes de ir a trabajar. Pero si tu jornada no es compatible con ninguno de estos horarios de clase, unas clases particulares puede ser tu única opción para practicar tu actividad favorita.
Un profesor particular de yoga va acordar un horario de clases contigo teniendo en cuenta tu disponibilidad, ya que de otra manera perdería un alumno. Dile dónde u cuándo puedes dar clase y deja que sea él o ella quien organice su agenda para acomodar tus exigencias.
Además, el horario de las clases particulares de yoga no queda grabado a fuego, y puedes cambiarlo según tus necesidades, teniendo la delicadeza de avisar con suficientemente tiempo a tu profesor claro. Así, si un día surge algo imprevisto, como puede ser una reunión de trabajo que se alarga o una cita con el médico o incluso una reunión de amigos, siempre puedes pedir al profesor cambiar la clase a otro día que os venga bien a los dos.
Profundiza en tus conocimientos de yoga
Las clases particulares de yoga no son ideales para los principiantes, de hecho, los practicantes avanzados de yoga también se pueden beneficiar de unas clases particulares.
Las clases grupales terminan siendo repetitivas y suelen ser de un nivel de dificultad intermedio, ya que el profesor tiene que adecuar el nivel de la clase a los nuevos practicantes que se incorporan periódicamente al grupo. Por eso, el nivel de dificultad de la mayoría de los grupos de yoga puede no ser suficiente para practicantes avanzados, ya que les impide seguir mejorando, y sienten que se estancan y que ya no avanzan más, como sería su deseo.
En una clase particular puedes pedir al profesor que adecue el nivel de dificultad de la clase a tu nivel de yoga. Así, el profesor puede diseñar rutinas que incorporen posturas de una dificultad cada vez más avanzada, lo que te permite seguir mejorando cada día.
Las clases particulares de yoga es a veces la única manera de superar ese nivel intermedio de yoga que se practica en casi todos los centros y alcanzar los niveles superiores hasta alcanzar un nivel equivalente al de un maestro de yoga, si es lo que deseas.
Una práctica idónea para tus limitaciones
No todos los practicantes de yoga son iguales. Algunos tienen lesiones o limitaciones de salud que hace que una clase normal en grupo no sea adecuada para ellos, incluso pueda llegar a ser perjudicial y hasta peligrosa.
Una clase de grupo no puede tener en cuenta las limitaciones de cada alumno, porque cada uno tiene necesidades distintas que incluso pueden llegar a ser contradictorias, lo que haría casi imposible dar la clase.
Si tienes limitaciones de movilidad por culpa de una lesión, asistir a una clase grupal de yoga puede llegar a ser peligroso y algo a evitar porque puede agravar la lesión. Sin embargo, una clase particular se puede diseñar teniendo en cuenta tus limitaciones.
Un profesor particular de yoga puede adecuar la práctica para potenciar los efectos beneficiosos sobre tu salud, una vez que conoce tus circunstancias personales y tus limitaciones específicas por culpa de la lesión.
Clases particulares de yoga como preparación para tu clase de grupo
Hay quien prefiere las clases particulares de yoga por las ventajas de las que hemos hablado en este artículo u otras preferencias de tipo personal, pero también hay quien busca en unas clases particulares alcanzar el nivel mínimo de yoga que luego le permita incorporarse a una clase en grupo sin pasar por el periodo inicial de aclimatación.
Sea lo que sea que buscas al practicar yoga, siempre vas a encontrar la respuesta en unas clases particulares. Habla con tu profesor de yoga, explícale cuáles son tus objetivos y tus metas y deja que te ayude para alcanzarlos cuanto antes.